Queremos compartir este documento sobre Economía social en el emprendimiento con base tecnológica que la Confederación Empresarial Española de la Economía Social ha publicado recientemente. Hay plena coincidencia sobre la importancia de las transformaciones sociales y económicas que las nuevas tecnologías, especialmente las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), han originado en las últimas décadas.
Su irrupción, unida a otros factores como la cada vez mayor importancia del conocimiento o la globalización, han provocado un nuevo marco económico a nivel mundial. Sin embargo, su impacto no se limita a la esfera económica. Las TIC, por una parte, actúan como catalizadores de profundos cambios económicos y sociales y, por otra, muestran una capacidad extraordinaria para ofrecer nuevas soluciones tanto a las necesidades emergentes como a otras que han estado insatisfechas por largos períodos de tiempo.
El Sector TIC se caracteriza por altas tasas de innovación, progreso tecnológico y productividad, por lo que tiene un considerable impacto en la actividad económica”. Sin embargo, precisamente el auge de las TIC está provocando un efecto “spillover”1 que inunda otras ramas de actividad tradicionales y que difumina la delimitación inicial del sector TIC y plantea una continua revisión de la misma. La importancia de este fenómeno ha motivado la ampliación del ámbito de análisis de este estudio, pasando del sector TIC al concepto de sector emergente de base tecnológica. Como se verá, los sectores emergentes integran actividades económicas basadas en nuevos productos, servicios, tecnologías o ideas que están en sus primeras etapas de desarrollo y que se caracterizan por sus altas tasas de crecimiento (presentes y esperadas) y la amplitud de sus mercados potenciales2. Por su importante contribución al dinamismo económico, los sectores emergentes están siendo, cada vez en mayor medida, objeto de análisis y apoyo y, aunque no hay una definición única, aluden a iniciativas relacionadas, fundamentalmente, con la tecnología o con la aplicación de avances tecnológicos y científicos. Además, estos sectores comparten algunas características3 entre las que cabe destacar su alto potencial de creación de empleo, especialmente de alta cualificación y joven; su alto contenido en conocimiento; y la importancia del espíritu emprendedor y del espíritu innovador en su desarrollo.
Dado su potencial económico y su capacidad transformadora, es fácil comprender el interés que gobiernos y otros actores económicos tienen en el desarrollo de los denominados sectores TIC y en un buen posicionamiento país en los mismos. Este enfoque estratégico es el que motiva también una mayor comprensión del funcionamiento del sector, que permita un apoyo eficaz al mismo. Tanto a nivel internacional como estatal, la delimitación más tradicional del sector está muy centrada en los servicios de informática y telecomunicaciones. Así, por ejemplo, la definición del INE señala que es aquel “formado por las industrias manufactureras o de servicios cuya actividad principal está vinculada con el desarrollo, producción, comercialización y uso intensivo de las tecnologías de la información y las comunicaciones.
En este contexto, cabe preguntarse por la posición de la Economía social, como realidad económica significativa en España, en los sectores emergentes.
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